El viernes se levanta con una fría mañana, es un día de tedio con mucho papeleo atorado de días anteriores. La oficina esta hecha un chiquero luego que los abogados nos saturaran con informes de los peritos. Recién empieza este día de mierda.
Tengo que encontrar una solución al problema de las pruebas adulterada que presentó mi cliente, tiene que tapar con algo su fachada pero es algo excesivo, y si fuese con la verdad no podría reparar se emocionalmente de lo que le sucedería.
Repito «día de mierda».
Era común en mis días de trabajo poder darte el gusto de dedicarme a los casos que yo quisiera, yo los evaluava qsi como evaluó a mis clientes actualmente.

He caminado por las calles añiles de ese bar putrefacto, la luz noctiluca del hotel colindante remarca un gran cartel : the bass.
No hay nada más que buscar allí.



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